domingo, 17 de mayo de 2020

Todos los cambios importantes amenazan la distribución de lo anteriormente impuesto

“La necesidad consiste en poder unir el principio con el fin” Pitágoras.


Las plataformas de contenido streaming, han sido las grandes beneficiadas en esta época de confinamiento. Sus productos casi se han convertido en los opiáceos digitales que relajan nuestra ansiedad creada por la incertidumbre de esta nueva situación. Ya eran una droga consolidada antes del Covid-19, y cuando llegábamos a casa después de la jornada laboral y las múltiples actividades complementarias que exprimían nuestro tiempo, las películas y series que ofrecían dichas plataformas eran nuestro trofeo nocturno tras el largo y productivo día.

Cualquier ciencia se convierte en arte cuando su fruto proporciona un bien común, ya sea para el cuerpo o para el alma, y considero que tanto el cine, como la música y los videojuegos, llegados a ese punto, pueden ser una gran medicina en su debida aplicación, solo hay que saber cómo dirigir su uso y cómo incorporarlo en nuestra rutina de vida. El pedagogo, psicólogo y filósofo John Dewey, ya entendía a finales del Siglo IXX que, había formas de aprender incomprensibles en la temporalización y contexto en la que se encontraba, y al igual que expuso en esa época la espeluznante idea para algunos, y para otros revolucionaria, que el maestro no debía ser el amo y dictador del aula, sino un elemento participativo del aprendizaje común de sus alumnos mediante el conocimiento de las necesidades y experiencias de estos, dicha idea se extrapola a nuestro tiempo y contexto con el fin de usar el arte del cine, las series, los videojuegos e incluso los cómics, como herramienta didáctica de aprendizaje y reflexión, encajando a la perfección dichos elementos para ser usados en el hogar y sacarle rendimiento y provecho a la dichosa situación de confinamiento.

Con este fin, propongo la siguiente dinámica llamada denominada como “cinefórum”. John Dewey establecía su teoría pedagógica en tres pilares fundamentales: la democracia, la experimentación didáctica y la comunicación, y estos serán tenidos en cuenta en la siguiente actividad que, en este caso, sí estará dirigida a los adultos de la casa, así que se recomienda realizarla cuando los más pequeños estén dormidos.
Esta dinámica consiste en visualizar una película entre un grupo de personas, elegida por la temática que trata. Una vez se haya visualizado la película el grupo se reunirá para compartir las reflexiones individuales que esta ha producido en ellos y ellas, y de manera coloquial, cada uno contestará dos o tres preguntas que previamente se habrán concretado en relación con el tema que engloba la cinta, siempre abiertos a opiniones e intercambios de ideas, porque este es el fin último de la actividad, produciendo un aprendizaje compartido, activo y democrático.

Gaztelu-Urrutia (2019)
La película que se propondrá en este caso se llama “El Hoyo”, y se encuentra en la plataforma digital Netflix. Su director es Galder Gaztelu-Urrutia, y se desarrolla en un futuro distópico donde los prisioneros se alojan en celdas verticales, observando cómo los presos de las celdas superiores son alimentados mientras los de abajo mueren de hambre. Esta cinta es una crítica monumental al modelo social en el que estamos sumergidos, y merece la pena reflexionar sobre ello para caer en la cuenta de que el rumbo social se configura dentro de cada persona.

Preguntas de la dinámica

·       ¿Tras haber reflexionado después de ver la película, crees que, como sociedad, se producirá un cambio significativo en nuestro estilo de vida?
·       Si se produce el cambio, ¿será para bien o para mal?
·       ¿Se tendrá en cuenta las necesidades y el sufrimiento provocado por el modo de vida de las sociedades ricas sobre las pobres?

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