miércoles, 29 de abril de 2020

El árbol del hogar


La organización en situación de confinamiento cobra más importancia que nunca, porque esta será la base para cualquier rutina que deseemos llevar a cabo, y aún más cuando se trata de una convivencia entre adultos, jóvenes y niños. La necesidad es el motor por el cual nos movemos y desarrollamos acciones dirigidas a conseguir paliar dichas necesidades; así que podríamos definir la necesidad como el espacio existente entre lo que una persona vivencia en el presente, y cómo desearía que cambiaran los elementos de dicha vivencia en el futuro (Muñoz y de la Fuente, 2010).

El psicólogo Abraham Maslow, estableció un orden jerárquico, diseñando una pirámide donde las necesidades más vitales conformaban la base de esta, y siguiendo esa escala de valores se van asentando los siguientes escalones de dicha pirámide hasta llegar a su punta, donde encontramos el nivel superior de esta, representando la autorrealización de la persona como culmen del proceso de vida.
Por otro lado, el filósofo Kant, mencionado en Aristizábal (2005), a modo de parábola, donde usa al árbol como símil comparativo con la persona, expone la idea de que la convivencia y el roce con los demás es lo que realmente enriquece a la persona, y este hecho resalta de forma positiva este escenario de confinamiento, donde estamos obligados a establecer una convivencia que en algunos casos, por el ritmo frenético de vida al que estamos sometidos, brillaba por su ausencia, tiñéndonos de superficialidad y egoísmo. Visto desde esta perspectiva, los que hemos estado confinados con más personas, hemos tenido más suerte que los que han pasado dicho confinamiento en soledad.
Teniendo en cuenta todo esto, propongo la siguiente actividad:
A falta de un papel o cartulina de una dimensión más grande de lo normal, usaremos cuatro folios,
La tarea debe ser una experiencia grata.
y los pegaremos de manera que juntos, formarán un folio gigante. En él, dibujaremos un árbol con todos los detalles que le queramos añadir, y por supuesto deberá estar coloreado, por lo que esta actividad, se presta propia para que sea realizada por los más pequeños de la casa, en caso de que los haya. Una vez tengamos nuestro gran árbol, necesitaremos tres montones de “posits”, o en su defecto los fabricaremos nosotros
mismos con folios o papel que tengamos a nuestro alcance y se pueda utilizar para este fin. Con el primer montón, cada miembro del hogar escribirá todas las necesidades que cree que tiene en ese momento, considerando la circunstancia en la que se encuentra y todo lo anteriormente citado. Este “posit” o “posits”, según se haya necesitado, se pegará en la base del árbol, entre las raíces y el tronco, y será el elemento principal a tener en cuenta para establecer el contenido de los otros dos montones de posits. En el segundo montón, cada miembro escribirá las obligaciones que cree que tiene y debe desempeñar, tanto del ámbito laboral, escolar y del hogar,
Saber definir nuestras necesidades y deseos es signo de inteligencia
y estas serán pegadas a lo largo del tronco del árbol. Por último, usaremos el tercer montón de posits para escribir nuestros deseos
más inmediatos enfocados siempre a la etapa de confinamiento, y en alguno de los deseos, se debe incluir a los demás miembros del hogar. Una vez acabada la actividad, colocaremos el árbol en el sitio más visible de la casa para que su presencia nos ayude a no perder la perspectiva del análisis que haremos a continuación durante el tiempo de confinamiento.

Con dicha actividad, se intenta conseguir establecer unos criterios sobre los que cimentar la convivencia y las distintas actividades que se realizaran con los miembros que conforman el hogar en el periodo de confinamiento, incluyendo y considerando a dichos miembros a la hora de realizar nuestras acciones. Esto conlleva al uso del diálogo, el respeto y la tolerancia, porque nuestro espacio vital se encuentra reducido considerablemente, y caer en la cuenta de que mis necesidades y responsabilidades son tan importantes como las de mi pareja, mis hijos, mis padres o mis amigos, aunque parezca simple, no es tarea fácil, ya que la sociedad actual se encargo de programarnos desde el individualismo y la competitividad. Si nos analizamos en profundidad, podemos vislumbrar como de manera inconsciente y automática, también hemos introducido estos criterios sociales y mercantilistas en nuestras familias y hogares, aunque nuestra vergüenza no nos deje reconocerlo. Paradójicamente, el tiempo de confinamiento puede ser una gran terapia para sanear, mejorar y elevar la calidad de nuestra relación con la familia más directa.

Simbología



El árbol simboliza el hogar que forman las personas que viven en él.

Las raíces identifican nuestras necesidades, las cuales debemos de sustentar dentro del hogar, y deben ser visibles para todos los miembros del hogar.
El tronco representa nuestras obligaciones, y en ellas debemos permanecer firmes, siendo ejemplo para los demás, porque sin estas no podemos desarrollar nuestro potencial, y nuestro tronco será frágil y se romperá.
Las hojas son la parte del árbol que más lucen, pero también es por donde este puede respirar y sentir alivio, por eso representan nuestros deseos, porque sobre estos marcamos nuestras metas, y en el hogar todos somos hojas del mismo árbol, por eso nos apoyamos mutuamente en nuestros objetivos, porque deseamos que el otro llegue a realizar sus deseos. Todos debemos soñar juntos. 


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