lunes, 27 de abril de 2020

Hogar, trabajo y confinamiento: ¿reto o condena?


“No hay nada como volver a un lugar que parece no haber cambiado para descubrir en qué cosas has cambiado tú mismo” Nelson Mandela.


Nunca habíamos vivido una situación como la del confinamiento de principios del 2020, debido a la crisis del COVID-19. Solo en, películas, series y novelas postapocalípticas se había reflejado un escenario tan excéntrico como este en el que aún estamos inmersos.  Pero de la misma manera, a la mayoría del común de los mortales, dicha situación nos plantea en el mejor de los casos, un reto que de forma sutil puede hacer que aflore tanto lo mejor como lo peor de las personas y su entorno más inmediato y cercano, y se resume en llevar a cabo la conciliación entre el ámbito del hogar, el trabajo, y la misma situación que presenta el confinamiento, conformándose come la madre de cualquier cóctel, donde los efectos secundarios dependen de cada uno de nosotros.
Compartir el espacio no consiste en dividirlo sino en saber usarlo.
Para superar este reto, propongo como remedio el uso de la pedagogía, y para ello, el desarrollo de esta ciencia plantea dos vertientes: en la primera, se expone el contexto y la situación de la persona, que en la mayoría de los casos también lo componen otras personas como parejas, hijos, padres, hermanos, amigos, e incluso nuestras mascotas, y esto significa que nuestros actos, comportamiento, gestos, emociones y estados de ánimos influirán directamente sobre ellos, y los mismo en el caso contrario, así que el diálogo y la autorregulación desde un punto de vista pedagógico se convierten en elementos esenciales. La segunda vertiente interviene directamente sobre nuestras necesidades y responsabilidades, concretando esta última en la actividad a la que actualmente nos dedicamos, ya sea el trabajo, los estudios o cualquier acción que represente la responsabilidad que nos identifica. Esto se traduce en que ahora no solo compartimos el hogar con las personas habituales que solíamos hacerlo, ahora también lo hacemos con nuestro trabajo, representando el riesgo de que nuestro hogar se transforme en un infierno comprimido nada acogedor.
La intención de este blog es que sirva de guía para que surja la conciliación entre la familia y el trabajo dentro del hogar en situación de confinamiento mediante dinámicas y reflexiones fundamentadas desde la pedagogía, buscando el beneficio tanto para las personas como para las mismas empresas, las cuales podrán ver los beneficios pedagógicos en la disposición y actitudes de sus empleados, con todo lo esto significa.

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