“No debe prometer andar en la oscuridad quien no ha visto anochecer” J.R.R. Tolkien
Las
nuevas tecnologías han servido para frenar en cierta manera el holocausto económico
dentro de las empresas que, por sus características y circunstancias, han
podido aplicar el uso tecnológico como medio alternativo al habitual para poder
seguir desarrollando su actividad, cambiando el centro de trabajo por los
hogares de su principal activo, los trabajadores y trabajadoras que hacen
realidad el desarrollo y la evolución de dichas organizaciones empresariales.
La
profesora en Tecnología Educativa de la School of Education (Escuela
Unoiversitaria de Pedagogía), del Collage of William y Mary de Virginia, en Estados
Unido, Judi
Harris, establece un modelo llamado TPACK
(Technology, Pedagogy And Content Knowledge), donde inserta tres los aspectos
básicos que sostienen el conocimiento en el Siglo XXI, que son la tecnología
(TK), la pedagogía (PK), y el contenido (CK). Harris pone en la palestra desde
hace tiempo, el problema que plantea la falta de la integración de las TIC en
la educación reglada, y hoy, en un escenario pandémico de confinamiento, se
aprecian las consecuencias que acarrea la falta real de conocimiento
tecnológico, integrado y práctico para las que fueron creadas en origen estas
nuevas tecnologías.
Muchísimas
personas que han trasladado su puesto de trabajo a casa, como el caso de los
docentes y distintos profesionales de la educación entre otros, han pasado por
un verdadero calvario al verse totalmente perdidos y desorientados ante
herramientas digitales que, en su momento, fueron despreciadas por los
defensores de las metodologías clásicas, y que hoy en día, más que innovación
es necesidad. En el caso de otras áreas profesionales, posiblemente habrán
llevado bastante ventaja en este aspecto, puesto que el mundo empresarial, en
este paradigma, siempre se adelanta al educativo, por lo que al final, la
carreta va delante de los caballos, y así se explica muchas acciones y situaciones
surrealistas que se dan en la realidad.
Estas
situaciones de agobio e inseguridad por la presión de no saber como realizar el
trabajo desde el ordenador de casa, ha generado estrés y tiranteces en el
interior de muchos hogares, y lo que en un principio se presentaba como un
remedio esperado para la conciliación laboral y familiar, ha sido un suplicio
hasta que, a base de ensayo y error, se ha conseguido hacerse a duras penas con
las riendas de las herramientas digitales que hoy son imprescindibles para
nuestro desarrollo laboral. En la siguiente imagen interactiva, se ofrece un
catálogo de aplicaciones y herramientas enfocadas al ámbito de la formación que,
a la vez, la gran mayoría de ellas también son válidas para el ámbito educativo,
siempre con la posibilidad de poder formarse en cada una de ellas desde
distintos medios.